Relato corto: Elegir pareja
Relato corto:Elegir pareja. Quizá parezca muy simple, pero hay dos formas básicas de elegir pareja: Una, seguir el impulso de los sentimientos. La otra, medir racionalmente ventajas e inconvenientes y decidir en consecuencia. La primera es una pareja “romántica”, la que conformamos la mayoría de los mortales. La segunda es la pareja “concertada”, en la que los matrimonios se deciden por pertenencia a un estamento social restringido o por conveniencia económica. Ambos modelos comportan riesgos, pero los analizaremos en otro momento.
Un buen amigo mío tiene una hija. Este amigo es de las personas más nobles, generosas y entrañables que conozco. Separado hace ya muchos años, entre su hija y él existe un estrecho lazo de afecto y confianza. Ella, una mujer adulta, inteligente, competente en su profesión, no ha terminado de encontrar la persona con la que compartir un proyecto de futuro. Mi amigo escribió esta carta a su hija:
<< Querida mía, sabes que sé que no hay manera de aprender en cabeza ajena, y que todos debemos hacerlo a través de nuestros propios errores. Los míos me han hecho llegar a algunas conclusiones. >>
<<Decía el zorro al Principito que sólo se ve bien con el corazón porque lo esencial es invisible a los ojos. Así que, para empezar, cierra los ojos y pregúntate qué hay en ese hombre, qué valores transmite: su delicadeza, su lealtad, su capacidad para conectar con tus propios sentimientos, si posee principios que gobiernan su vida con coherencia pero sin rigidez. Debe tener capacidad para aprender. El que cree que sabe lo suficiente es poco tolerante con lo ajeno, y es difícil vivir con alguien que no soporta que las cosas no se hagan como él dice. Elige a alguien sensible, pero no blando. Fuerte, pero no violento. Que controle sus impulsos y no al revés. Que sólo sienta ira ante la injusticia, que trate de entender más que juzgar. Que respete lo que piensas aunque no lo comparta. >>
<< Pensarás que es una tontería, pero el hombre cuyo amor te dure toda la vida tiene que hablar… Ya sabes, me refiero a sentimientos, a la capacidad de comunicar. Las parejas que no conversan sobre su relación fracasan irremediablemente, terminan conviviendo como desconocidos. Como cada día está lleno de pequeñas frustraciones, él debe poder decirte lo que le duele; no para recriminarte sino para que lo sepas y actúes en consecuencia. >>
<< El hombre que elijas debería poder afirmar: “Te necesito porque te quiero”. Nunca “te quiero porque te necesito.” Es terrible oír: “Tú lo eres todo para mí”, en lugar de “tú eres lo más importante para mí”, porque la totalidad convertirá su amor en excluyente. Es preciso que ame otras cosas, que sea capaz de estar separado de ti. De lo contrario acabaréis como dos peces grandes en una pecera pequeña, y es malo para la pareja sentir que el amor del otro resulta asfixiante. Todos necesitamos poseer un mundo propio, personal; si la pareja consistiera en la total identificación con el otro no habría riqueza, porque sin diferencia no existe ganancia. >>
<< En la celebración de muchos matrimonios religiosos suele leerse la primera carta a los Corintios, cap. XIII, vers. 1 al 13, en la que San Pablo afirma que no hay nada más fuerte que el amor, porque todo lo puede y vence cualquier dificultad… Yo no soy quien para enmendarle la plana al santo, pero no le pongamos las cosas difíciles al amor. Elige a alguien cuyas ideas respecto a lo importante en la vida sean razonablemente compatibles con las tuyas: los hijos, las creencias religiosas, cómo compartir los bienes, los modelos de las respectivas familias de origen. Todo ello puede facilitar la convivencia o destruirla cuando apenas está comenzando. Si fuera posible, elige a un hombre que tenga sentido del humor, que sea capaz de reírse de sí mismo pero no de los demás. Que incluso en momentos difíciles sepa utilizar ese humor para relativizar y no dar a las cosas más importancia de la que tienen. O, como te decía al principio, que pueda aprender de tu sentido del humor si carece de él. >>
<< No esperes demasiado tiempo para decidir si es el hombre perfecto. No existe, ni tampoco tú eres perfecta. Siempre habrá alguien más inteligente, más rico, más guapo. Lo importante es que sientas que puedes ir al fin del mundo con él y que él haría lo mismo contigo, aunque ninguno de los dos sea perfecto. Y si encuentras un hombre así, recuerda, querida mía, que no valdrá de nada si no te entregas tanto como puedes, porque la elección de pareja consiste tanto en encontrar a la persona adecuada como en compartir la vida y eso, como los partidos de tenis, siempre es cosa de dos… >>